03 noviembre 2012

PURITO RODRÍGUEZ Y LA ESPAÑA FUTBOLERA.




Hay un ciclista en el pelotón español cuya temporada  y éxitos no han sido valorados tanto como se merecen por un sector importante de aficionados y prensa.

En un país que hasta hace poco bebía las mieles del éxito en deportes con escasa tradición de victorias, o estás en la cresta de la ola o pasas totalmente inadvertido. Al fin y al cabo, eso que has logrado ya lo ha conseguido otro antes, y varias veces seguidas.

El ciclismo no es ajeno a esta dinámica. Y si antes fue Induráin, y ahora es Contador, ten por seguro que tus éxitos carecen ya de valor. Si acabas de ser el primer español en ganar el Giro de Lombardía, no te crezcas demasiado porque The Number One lleva tres Tours consecutivos. ¿Qué eres uno de los ciclistas con más Milán San Remo de la historia? Que más da, si en tu palmarés no aparece ninguna Vuelta a España.

Y así la historia se repite cruelmente año tras año para muchos ciclistas que realizan temporadas difícilmente igualables.

Este es el caso de Joaquim Rodríguez. Un corredor que probablemente esté entre los diez mejores ciclistas españoles de siempre pero cuya condena es no haber ganado una gran vuelta. A pesar de que por su palmarés desfilan etapas de Vuelta a España, Giro de Italia y Tour de Francia, victorias en Flecha Valona y Giro de Lombardía… amen de infinidad de etapas en vueltas de una semana y pódiums en clásicas de prestigio internacional.

Sin ir más lejos, este año ha sido nombrado mejor ciclista del 2012 pero dudo que un aficionado cualquiera sepa nada de esto. Lo más que podrá decir sobre Joaquim es que es un ciclista que sube bien pero con el que nadie cuenta para ganar una gran vuelta, salvo este año cuando se quedó a las puertas de la machada.

Lo mismo ocurre con Óscar Freire, aunque este es el caso extremo de la ignorancia de la España futbolera. Un corredor que debería haber sido ídolo nacional y cuyo nombre raramente es reconocido por el aficionado medio al deporte.

Curiosa fueron las escasas líneas que se dedicaron a la retirada del cántabro, mientras el video sobre que Cristiano Ronaldo había logrado reconciliar a una hija con su madre, ocupaba un espacio inmerecido en un periódico deportivo.

Así junto a la ignorancia y a la comparativa, yo me planteo lo doloroso que debe ser para un ciclista top ten del pelotón internacional, que en las entrevistas no paren de hacerte preguntas sobre el susodicho crack, sobre si admiras tal o cual cosa de él, y que valores tus “ínfimas” opciones de victoria ante el inminente enfrentamiento.

Pues recordemos que la Flecha Valona es una carrera, que junto a Joaquim Rodríguez, solo dos españoles han ganado en sus más de cincuenta años de historia. Mientras que el Giro de Lombardía estaba huérfano de victorias patrias. Lástima que algunos no valores los éxitos en su justa medida.

 Nunca un país tan aficionado al deporte, ha sido más ignorante sobre el mismo.

01 noviembre 2012

LAS GENIALES IDEAS DEL COI




Decía Alberto Contador que lo que está sufriendo Lance Armstrong, en los últimos días, se acerca a un linchamiento público. Muchos le criticábamos  con razón. Tanto corporativismo entre los ciclistas pone en duda sus verdaderos deseos de sanear este deporte.
Sin embargo, tras la noticia de que el COI va a investigar si Armstrong se dopó durante las Olimpiadas del 2000, donde consiguió el bronce en contrarreloj, las palabras de Contador empiezan a atisbar razones sobre el enseñamiento institucional contra la figura del texano.
Lo más gracioso del asunto es que por delante de Lance, en primera y segunda posición, se encontraban los no menos dudosos Ekimov y Ullrich. Pero eso a nadie parece importarle. Y yo me pregunto ¿Qué pretende el COI con esto? ¿Seguir ahogando al ciclismo para saber hasta cuando puedo aguantar?
Está bien investiguemos. Investiguemos todo. Desde el día de hoy hasta donde se tenga constancia. Investiguemos las Vueltas de Heras, el Tour de Ullrich, las victorias de Vanderbroucke y Jalabert, los Giros de Basso, Casagrande, Pantani… investiguemos a Sean Yates y a Eddy Merckx si se tercia. TODO. No hacen falta pruebas sanguíneas. Es más, nos las pasamos por el forro.  Con unos cuantos testimonios, cuentas bancarias y emails servirá. No puede ser de otra manera cuando los controles de entonces se han demostrado ineficaces.
Lo que no es de recibo es que solamente un ciclista pague por sus errores del pasado. No puede ser que la historia borre el nombre de Lance Armstrong y todo lo que logró, mientras otros igual de sospechosos pero con unas federaciones menos interesadas  en investigar, conserven victorias, dinero y reputación. A eso se le llama agravio comparativo.
O todos moros o todos cristianos pero sin medias tintas, porque sino esto empieza a parecer un circo. ¿Acaso el oro de Ullrich en ruta no debería ser también investigado? Véase Operación Puerto, véase Rijs, véase Telekom.
Si se ha levantado la alfombra no se ha de tener miedo sobre la cantidad de basura que vamos a encontrar. Caiga quien caiga.

30 octubre 2012

Y EL GANADOR ES....

 
 
El Velo d´Or,  premio que otorga la revista francesa Velo Magazine no ha deparado sorpresas y ha recaído en el ciclista por todos esperado: Bradley Wiggins.
Ganador en Paris-Niza, Romandia, Dauphine, Tour de Francia y Olimpiadas… he de reconocer que su temporadón levanta cuanto menos suspicacias, y más tras las simpáticas noticias acaecidas durante el último mes. Pero es que además Wiggins ha conseguido estar al máximo nivel durante seis meses seguidos y eso, para un nuevo paranoico como yo, significa o que vas hasta las cejas, o que tu entrenador ha descubierto la panacea en cuanto a preparación.
En cualquier caso chapeau.” I want to believe”. Sin lugar a dudas su temporada ha sido de las más estratosféricas de los últimos años.
Discrepo en cuanto a las posiciones del resto de corredores. ¿Boonen 2º?. Ganar Roubaix y Tour de Flandes bien merecía otros años ser premiado con el galardón, pero el 2012 de Joaquim Rodríguez no admite discusión. Ganador de dos clásicas; eso sí, de menor prestigio que las del belga pero con una temporada más completa que casi cualquiera.
Teóricamente se premia a la globalidad del rendimiento durante el año. Si solo se tuviera en cuenta  la victoria más prestigiosa, siempre se llevaría el premio el ganador del Tour, como ocurría hasta hace cinco años, donde de manera discutible, Lance Armstrong era premiado como mejor ciclista. Corredor que por cierto apenas corría Dauphine y Tour.
Y es que Purito, además ha firmado grandísimas actuaciones en Giro y Vuelta junto con el saco de victorias de etapa que ello implica. Así que bajo mi modesta opinión, el español merecía ese segundo lugar.
Luego Gilbert en cuarto lugar me parece aún más surrealista. Un ciclista que ha ganado un Mundial merece todos los respetos  y más, pero su temporada hasta mediados de septiembre ha sido desastrosa. 0 victorias y nulo rendimiento. Si un par de victorias y un Mundial te nombran cuarto mejor ciclista del año, Simon Gerrans y su increíble primera mitad de temporada debería ser catalogado como mejor ciclista de todos los tiempos.
En lo que no hay dudas es en el premio a Voekler como mejor francés. Es  verdad que tienen poco donde elegir…  pero la calidad de Thomas es innegable. Un ciclista al que muchos nos gustaría ver disputando generales. Sería como renacer en los sesenta y disfrutar del romanticismo de este deporte.
En cualquier caso, al margen de valoraciones subjetivas el premio ha recaído en el que se merecía. Sin discusiones.

28 octubre 2012

ADALIDES DE LA MORALIDAD

 
 
Leo la noticia en el AS que habla sobre los nueve periódicos que se han reunido para redactar las bases de un manifiesto que contienen los principios, deseables, para reformar en profundidad el ciclismo, tras el escándalo Armstrong. Solo cinco de ellos lo suscriben.
He de decir que tengo sentimientos contradictorios ante este hecho: por un lado me parece muy positivo que aquellos con el poder suficiente para repercutir en la opinión pública hayan tenido esta idea. Una manifiesto cargado de buenas intenciones, loable pero desgraciadamente, a la larga, inútil.
Por otra parte me parece un tanto hipócrita que periódicos como el País, cuya única relación con este deporte sea publicar la noticia de rigor sobre dopaje o el Tour de Francia, haya participado en el mismo por “su amor al ciclismo”. Al menos en los casos de la Gazzeta o L´Equipe  hay una clara influencia en la creación de Giro y Tour.
En cuanto a los demás rotativos participantes poco puedo decir. Mi desconocimiento es profundo, eso sí, que la Gazzetta se convierta en adalid de la lucha contra el doping, cuando todos recordamos el papel que tuvo como defensa del “sospechoso” Pellizotti, tiene telita.
Solo hubiera faltado que Pedro J Ramírez, de la manita de Contador, también hubiera metido a El Mundo de por medio. Al menos por su parte veo congruencia, aunque tampoco me extrañaría que no le hubieran invitado, dado su papel en el caso del chuletón.
Le Soir, como representante de los belgas, quizás si tenga más autoridad moral para firmar este manifiesto. Solo hay que ver el amor y la repercusión del ciclismo por esas tierras pero… ¿The Times? ¿Que pinta este periódico? ¿Si los británicos acaban de llegar, como quien dice? Bueno, pues recordemos que The Times es propiedad del magnate Rupert Murdoch, propietario también de la cadena de televisión Sky, patrocinador de Wiggins y cía.…
En cuanto a los principios que se suscriben me llama la atención el séptimo, en el que se exige a los patrocinadores una mayor implicación. Chapeau. La pregunta del millón: ¿Por qué empresas como Kelme, Saunier o Rabobank, por poner ejemplos, no han sido más estrictos con managers o directores deportivos? ¿Que clase de empresas se arriesgan a invertir en un deporte tan dado a los escándalos? ¿Es que acaso el impacto negativo sobre la imagen de la empresa, ante un caso de dopaje, es mínimo frente al incremento de las ventas?
Muchas son las preguntas que deja este manifiesto que no lleva a ninguna parte y que solo crea adalides de la moralidad y del buen hacer.

26 octubre 2012

HISTORIA DE UNA PASIÓN




Hace doce años, en una de las últimas tardes de calor de septiembre me enganché al ciclismo. Año 2001, el escenario: la Vuelta a España. No seguí ninguna etapa de la ronda española. Ninguna salvo la contrarreloj final de Madrid, aquella que enfrentaba a Oscar Sevilla y a Ángel Casero. El escalador puro contra el rodador consumado.

No tenía ni idea de nada. Solo empecé a ver salir corredores, empapándome de términos que me eran totalmente desconocidos… Llegado el gran duelo, me decanté por Sevilla.  Siempre he sentido predilección por los segundones. De haber vivido el reinado de Anquetil seguramente me hubiera  “enamorado” de Poulidor y sus balones al larguero.

Después de ese día, el ciclismo pasó a convertirse en una forma de vida. Nervios, sueños de grandeza, horas enteras delante de la TV. Respiraba ciclismo sin practicarlo. Y era hermoso. Lo era porque idolatraba a los corredores. El concepto de dopaje no existía, al menos para mí. Y si lo había no me importaba. ¿Qué importa una mentira si es capaz de emocionar?

Aquellos “tramposos” me inculcaron su amor por el ciclismo, por el esfuerzo, la superación.  Y fue bonito porque pude seguirlo por televisión; desde la Vuelta a Mallorca hasta el critérium ACP. Allá donde había una bicicleta prestaba  toda mi atención ¿Cuántos críos podrán engancharse el ciclismo a partir de ahora? Si cada vez hay menos retransmisiones…

El Tour 2002 me trajo mi “primera” bicicleta. Durante seis meses estuve soñando con ese armatoste pesado de 12 kg. De lo que sentiría. Del viento en la cara… Cuando la tuve no volví a bajarme. Quería ser ciclista. Pero no sabía cómo lograrlo. La frustración acompañó a las excusas y finalmente me rendí.

Llegaron los primeros escándalos. Heras, la Operación Puerto, Landis… no m abrieron los ojos pero alejaron las antiguas emociones. Cuando veía a un ciclista ya no veía a un héroe,  sus hazañas empezaban a despertar más suspicacias que alabanzas.

Llegó Contador y luego el retorno de Armstrong. Quizás el momento más especial de todos. Un tío de 37 años con mucho que perder y nada que ganar. Sabías que no ganaría a Contador ni harto de EPO pero era especial porque en su fortaleza veías debilidad; y en su debilidad, fortaleza.

Con el paso de los años me fui dando cuenta que no valía para ser ciclista. Pero quería estar relacionado con este deporte, a pesar de sus miserias.  Su esencia era mucho más grande que todo lo malo. Quería encarrilar mi vida hacia mi pasión. Por eso cree este blog. Un blog que me permitiera dar el salto a alguna revista, periódico….